Es el colmo que luego de estar promoviendo el linchamiento contra periodistas críticos, agrediendo a los que están en su contra, ahora el presidente López Obrador quiera deslindarse de ser sospechoso de la agresión contra el periodista Ciro Gómez Leyva. Cínicamente dice que se deben seguir todas las hipótesis, menos que se considere sospechosa a la presidencia. Esto hace que todos de inmediato piensen precisamente eso, que el autor intelectual del atentado está en palacio nacional. Y esto se comprobará fácil. Si detienen a los culpables es que son ajenos a palacio. Si nunca los detienen, obvio es que el atentado vino de las altas esferas del poder. Eso es dos más dos.