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Les innocentes

 

 

 

Andanzas

Por Marcela Alvarado

Les innocentes

Anne Fontaine lleva al cine una historia real, el horroroso proceso que vive una mujer tras ser violada, más si se era virgen, monja y si queda embarazada.

La mayoría del escaso público asistente a la función dominical de esta magistral producción, enmudeció. Me atrevería a decir que más de dos lloraron y no era para menos. Es una película que mueve emociones, que confronta la violencia sexual, la maldad y la bondad, la vocación y la fe.

Anunciada con el nombre de “Cordero de Dios”, el nombre original en francés es “Las Inocentes”. Es el drama que vivieron monjas polacas que fueron ultrajadas, no una sino varias veces por soldados del ejército ruso, al terminar la Segunda Guerra Mundial.

Sin un gran despliegue de recursos, más que lo necesario, un convento, una modesta clínica, paisaje nevado, Fontaine presenta esta historia verídica, combinada con un poco de ficción, y sin recurrir a las imágenes de las violaciones sexuales en sí, el espectador puede imaginar a través del rostro de sufrimiento, del llanto, los gritos con el dolor de parto, los rezos, el desgarrador drama de las monjas.

Una joven doctora de la Cruz Roja francesa, personificada por Lou de Laâge es la heroína de la historia. Su personaje de Mathilde Beaulieu, atea e hija de padres comunistas también es atacada por soviéticos, aunque es salvada de una violación múltiple por uno de los mandos mayores.

Ella es quien asiste a las religiosas la mayor parte del tiempo, antes y después de dar a luz. La que arriesga su trabajo y su vida por ayudar a mantener el secreto que encierra el convento y seguir su vocación: salvar vidas. A cierta altura recurre a su compañero, médico también, por el peligro de transitar sola por donde están los rusos para ir a atender a las monjas hasta de partos múltiples.

El derecho a decidir

Diputadas y diputados de todos los partidos e independientes deberían ver esta película, así como escuchar testimonios e informarse a fondo de lo que enfrenta una mujer víctima de violación, lo que implica no sólo esa agresión física, también el daño psicológico que puede llevar a algunas hasta el suicidio.

Les innocentes’ obliga a reflexionar sobre la eterna discusión de si las mujeres necesitamos permiso para decidir sobre nuestros cuerpos, si se debe o no interrumpir un embarazo producto de una violación o vivir todo el proceso hasta dar al bebé en adopción.

Como ya se comentó en las Andanzas de finales de marzo, hace algunas semanas iba a discutirse en el pleno de la Cámara de Diputados una iniciativa de dos legisladoras del PRI para reformar la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, a fin de que se incluyera lo que establece la NOM 046 de la Secretaría de Salud, entre otras cosas, que la víctima puede optar por abortar el producto de la violación.

Ante la presión de grupos conservadores y de la iglesia, y se sospecha que para no enrarecer (¿más?) el proceso electoral de este año en tres estados, la Comisión de Igualdad de Género retiró el dictamen. De haberse incluido y votado a favor, los criterios de la NOM 046 aplicarían en todas las entidades y no sólo en aquellas donde no está penalizada la interrupción del embarazo en caso de violación, al menos así se podría interpretar.

Lo central sigue siendo la necesidad de que los hombres aprendan a respetar. Y todo se resume en dos palabras: educación y valores. La carencia de ambas es lo que eleva las cifras de agresiones sexuales, de hijos no deseados que terminan por convertirse en delincuentes. Es un círculo vicioso.

“Cayó” Javier Duarte

Reflejo de la desesperación y urgencia del presidente Enrique Peña Nieto de que el PRI retenga la gubernatura del Estado de México y albergar una esperanza de que el inminente triunfo de Morena con Andrés Manuel López Obrador en 2018 no se convierta en la tercera alternancia en México en la Presidencia de la República.

Así puede resumirse ese acto de simulación de la PGR, con la detención del ex gobernador de Veracruz en Guatemala. Resta apelar a la conciencia de los electores, que no sólo acudan a votar, sino que lo hagan despojándose del miedo que buscan sembrarles en contra de Morena, que en el caso del Edomex con Delfina Gómez va a la cabeza en algunas encuestas y está empatada con el abanderado del PRI, Alfredo del Mazo, en otras.

¿Y Padrés, apá?

Los sonorenses esperamos una verdadera voluntad política de Peña Nieto para recuperar no sólo lo que Duarte se robó en Veracruz, sino que también se haga lo propio con lo que el ex gobernador de Sonora, Guillermo Padrés y sus cómplices se llevaron y que dejó temblando las finanzas públicas del gobierno estatal en 2015.

El silencio en torno al caso del cananense, cuyos expedientes entregó más que bien armados la Fiscalía Anticorrupción de Sonora a la PGR, despierta sospechas. Finalmente, ya lo tienen desde hace meses, no se entiende qué están esperando.

Hasta el próximo miércoles.

Maestra en Ciencias Sociales con especialidad en Políticas Públicas por El Colegio de Sonora y Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Sonora.

Twitter: @AlvaradoVMarce

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