Columna Andanzas
Por Marcela Alvarado
¡Serénense!
Las redes sociales continúan como un campo de batalla en el que los equipos cibernéticos de los perdedores de la elección presidencial y sus simpatizantes desahogan a diario su frustración ante la derrota, ahora intentando generar un sentimiento de decepción en quienes le dieron su confianza al candidato de Morena.
Que si el presidente electo Andrés Manuel López Obrador ya “incumplió” compromisos de campaña, derivado de algunas declaraciones iniciales suyas y de algunos de sus colaboradores, pese a que ni siquiera la constancia de mayoría le ha entregado el INE y restan cuatro meses y medio para que tome protesta. Que si “todo cambió para seguir igual”, que “se los dije”. Y puras de esas.
El equipo de estrategia de comunicación de AMLO debe hacer control de daños ya y lanzar una campaña no necesariamente de contraste, porque el triunfo ya es una realidad, pero sí para tratar de que permee al resto de la sociedad el sentimiento de felicidad y de esperanza por un mejor futuro para México.
Hay publicaciones que circulan con información distorsionada sobre los apoyos económicos que ofreció en campaña a los adultos mayores, a los jóvenes, a los discapacitados, con cifras distintas a las comprometidas y no ha faltado quienes ya reclaman, sin haber indagado primero un poco sobre la veracidad de lo que le llega antes de compartirlo.
Como usuarios de las redes sociales hay que tener más cuidado en lo que reproducimos en whatsapp, Facebook y twitter. Hay que desaprender de esa costumbre de dar por bueno todo lo que se publica, verificar cuál es la fuente de información o si es un meme más que alguien hizo con intenciones de sembrar dudas y conseguir que se viralice.
Del duelo electoral al ‘bullying’
Si tratamos de equiparar el dolor que representa la pérdida de un ser querido con lo sucedido en esta elección, vemos que quienes están en proceso de duelo porque su candidato perdió, están en la fase de rabia y de negación, en la que tratan de encontrar culpables a algo que era inevitable y que no entenderán hasta que el dolor haya minado.
El problema con eso es que los ataques ya no sólo se centran en el presidente electo, sino que emprendieron en redes sociales una campaña con tintes clasistas y de discriminación contra Jesús Ernesto, el hijo más pequeño de López Obrador, por traer un mechón güero.
Nada justifica irse contra un menor de edad y esto sólo refleja una realidad que debería avergonzarnos, porque nuestro país tiene altos niveles de ‘bullying’.
Según la organización “Bullying Sin Fronteras”, 7 de cada 10 niños en México sufren a diario de algún tipo de acoso escolar, con lo que estamos en primer lugar mundial en incidencia de esta problemática, seguidos de Estados Unidos, China, España y Japón.
El ejemplo educa y si los hijos ven que sus padres y madres se expresan con desprecio por la apariencia física, el nivel económico, el color de la piel, el origen étnico, la orientación o la identidad sexual, la discapacidad, la religión de otros, es lo que están aprendiendo y es la conducta que repiten en las escuelas.
La reconciliación debe empezar ya en temas tan sensibles como este, impulsar una agenda mediática que cambie la conversación, que promueva una narrativa distinta, a la que puedan sumarse no sólo quienes sienten suyo el triunfo de AMLO, sino también quienes creen que todo acabó porque así se los hicieron creer.
Hasta el próximo miércoles.
Maestra en Ciencias Sociales con especialidad en Políticas Públicas por El Colegio de Sonora y Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Sonora.
Twitter: @AlvaradoVMarce