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La Guardia Nacional como respuesta

 

 

 

 

21/Noviembre/2018

Andanzas

Por Marcela Alvarado

En la presentación del Plan Nacional de Paz y Seguridad que busca implementar Andrés Manuel López Obrador como presidente de México a partir del 1 de diciembre, la cereza del pastel fue la confirmación de que la Guardia Nacional va y esto de inmediato dividió opiniones y generó confusión. La iniciativa privada, vía la Coparmex y el CCE la aplauden y las organizaciones civiles la rechazan.

Durante la campaña electoral, el discurso fue a favor del regreso del Ejército a los cuarteles, ante el derramamiento de sangre con cientos de miles de muertos en la guerra contra el crimen organizado en los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto y por las denuncias de violación a los derechos humanos cometidas por soldados, entre otros argumentos.

López Obrador también hablaba de la idea de crear una Guardia Nacional. Pero en agosto, ya en la etapa de transición y en el marco de los foros de pacificación, quien será el secretario de Seguridad Ciudadana, Alfonso Durazo daba reversa a esta iniciativa, a la que recién se dijo que siempre sí.

Que no es lo mismo

Ante las dudas que despertó esta propuesta, se ha insistido en que no se trata de la misma estrategia seguida hasta ahora, porque la Guardia Nacional estaría integrada por las policías militar, naval y federal, cuya formación es diferente a la de un soldado común.

Luis Sandoval, quien asumirá la titularidad de la Sedena en el gobierno de AMLO será también quien esté al mando de esta nueva instancia, en la que se contempla incorporar a 50 mil jóvenes, mismos que tendrían esta formación militar, aunque no serían soldados, al menos es lo que se entiende.

La presencia militar en las calles siempre será polémica, pero al mismo tiempo, el Ejército es una de las instituciones que mayor confianza genera. La más reciente encuesta de Mitofsky “México: confianza en instituciones 2018” lo ubica entre las tres de confianza alta, detrás de las universidades y la iglesia.

Determinación y estrategia

Andrés Manuel puso en práctica eso de que “es de sabios cambiar de opinión”, porque el gobierno federal no puede enfrentar la inseguridad sólo con la policía federal.

Es interesante la definición de 266 coordinaciones territoriales para atacar conforme al nivel de violencia con la Guardia Nacional. Se tiene claro el qué y el cómo y por lo pronto iniciarán con 150 coordinaciones el primer año.

De los ocho ejes que conforman el Plan Nacional de Paz y Seguridad yo rescataría tres: Erradicar la corrupción y reactivar la procuración de justicia; Garantizar empleo, educación, salud y bienestar y Regeneración ética de la sociedad.

Lo primero implica fortalecer las instituciones procuradoras de justicia, para que haya un combate a la impunidad. El segundo, ir a las causas, a la reconstrucción del tejido social creando condiciones para una vida digna y el tercero va ligado, porque es recuperar la ética y los valores desde el seno familiar, lo cual se buscará con la famosa “constitución moral”, que ya abordé hace algunas semanas. Los otros ejes tienen que ver con lo operativo ya en materia de seguridad pública.

Valdría la pena que Alfonso Durazo convenciera a López Obrador de tomar en cuenta las voces discordantes como las ONG’s y la propia ONU, que recomienda fortalecer las policías civiles. Aquí yo agregaría el trazar pues una ruta para que se profesionalicen y ¿por qué no, que la Guardia Nacional se integre sólo por civiles?

Hasta el próximo miércoles.

Maestra en Ciencias Sociales con especialidad en Políticas Públicas por El Colegio de Sonora y Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Sonora.

Twitter: @AlvaradoVMarce

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