Andanzas
Por Marcela Alvarado
Igualdad. Ni más, ni menos
Tu responsabilidad es educarlas y educarlos igual, reza una frase fuerza de la campaña del Instituto Nacional de las Mujeres, “En busca de la igualdad”.
En una nueva etapa de esa campaña, el Inmujeres se va al origen, a donde emerge la formación machista, los estereotipos de género: la familia. Y vaya que costará revertir algo tan enraizado.
El slogan “Igualdad. Ni más, ni menos” es de alta recordación. Aunque los grupos que quieren mantener a la mujer sojuzgada peguen de gritos, es necesario que hombres y mujeres crezcan en un hogar donde reciban educación bajo los mismos derechos y obligaciones.
Materiales con frases como “Ni más capaces, ni menos capaces. Tu responsabilidad es educarlas y educarlos igual” y otras referentes a la creatividad, la inteligencia, la sensibilidad, acompañados de imágenes de una niña y un niño, si van acompañados de una estrategia adecuada de difusión pueden incidir en un cambio cultural.
Esta campaña me recordó la respuesta de la titular del Observatorio Nacional del Feminicidio en Sonora, Silvia Núñez Esquer, en el 2° Foro Nacional de Periodismo y Comunicación, a la pregunta de qué hacer en esta lucha cuando muchas mujeres cuestionan a las feministas y se suman a quienes las califican de ‘feminazis’.
La también periodista dijo que “es parte de la colonización del patriarcado sobre la mujer. Son mujeres que no se han dado cuenta que son mujeres. Falta ese proceso de auto reconocerse como mujeres y no defender el discurso que el patriarcado nos ha impuesto”.
Construcciones socioculturales
El Instituto Sonorense de las Mujeres trae una campaña intensa desde hace meses para difundir los derechos de las féminas a vivir una vida sin violencia; a ser tratadas con respeto; a elegir lo que quieran estudiar. Esto es sobre todo en radio y televisión, con spots en los que una mujer indígena, una policía, una joven con tatuajes, entre otras, son las protagonistas.
Hace días, el ISM subió a su fan page de Facebook una infografía muy interesante con frases como: No naciste celoso. No naciste agresivo. No naciste violento. No naciste machista. No naciste intolerante, entre otras. Esto lo acompaña de una gran verdad: “Todo es una construcción sociocultural. Todo lo fuiste aprendiendo en tu proceso de socialización. Y como lo aprendiste, también lo puedes desaprender”.
Una campaña basada en este concepto de la construcción social debe ser la siguiente etapa, en aras de provocar un cambio de fondo y debería estar en todos lados. No se puede tener resultados distintos haciendo las cosas de la misma manera, decía Albert Einstein.
Si el Instituto de verdad quiere incidir en que bajen los índices de violencia de género en Sonora, en que haya menos feminicidios, menos violencia en el hogar y en el noviazgo, necesita campañas que cimbren y abran mentes, para que se entienda que, sin igualdad, las mujeres van a seguir como protagonistas de la nota roja.
Y no es que la violencia se vaya a acabar, en definitiva, pero sí se puede ser agente de cambio desde las instituciones y así como el Inmujeres habla de responsabilidad en educar en igualdad, el ISM bien podría hablar de la importancia de desaprender el machismo y aprender, precisamente, de igualdad.
Camión de la intolerancia
Esperemos que no llegue a Sonora el camión de la agrupación Confamilia, que preside Juan Dabdoub, un hombre homofóbico y violento, que a base de mentiras pretende manchar y tergiversar la lucha que desde las organizaciones feministas y LGBTTTI se ha realizado por años a favor de la igualdad de derechos.
Tiene derecho a defender el modelo tradicional de familia, pero no a agredir a mujeres y hombres que, a su vez defienden el derecho a formar familias con parejas del mismo sexo y hacerlo con ese camión que lo que promueve es el odio y la intolerancia.
Hasta el próximo miércoles.
Maestra en Ciencias Sociales con especialidad en Políticas Públicas por El Colegio de Sonora y Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Sonora.
Twitter: @AlvaradoVMarce