A la frontera entre Estados Unidos y México llegarán unos nuevos sistemas de vigilancia capaces de moverse por los terrenos más inhóspitos para garantizar la seguridad de la zona por la que entran clandestinamente migrantes en busca de una vida mejor. Sin embargo, esta novedad no ha estado exenta de críticas, pues los nuevos agentes no son precisamente seres humanos.
Se trata de perros robots diseñados para ayudar a las fuerzas de seguridad en la vigilancia fronteriza, según anunciaron las autoridades norteamericanas esta semana. “La frontera sur puede ser un lugar inhóspito para el hombre y la bestia, y este es exactamente el motivo por el cual una máquina puede sobresalir allí”, aseguró Brenda Long, jefa del Directorio de Ciencia y Tecnología del departamento de Seguridad Interior (DHS) estadounidense en un comunicado.
Oficial: Estados Unidos está trabajando en conjunto con la Dirección de Ciencia y Tecnología para desplegar perros robot en la frontera con México y así apoyar a las autoridades en la vigilancia. pic.twitter.com/UXcKQ6D9m8
— Cerebros (@CerebrosG) February 3, 2022
Estos perros robots forman parte de lo que se conoce como vehículos de vigilancia terrestre automatizados o AGSV. El equipo tecnológico del DHS propone estas máquinas a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) para ayudar a los agentes y “al mismo tiempo aumentar su nivel de seguridad”.
Desde el comienzo se pensó en drones terrestres de cuatro patas. Para diseñarlos el DHS colaboró con la compañía Ghost Robotics, que ya tenía experiencia en este tipo de máquinas. No obstante, luego del anuncio se han llevado a cabo manifestaciones en rechazo a la presencia de este tipo de máquinas en la frontera.
La organización Alianza Migrantes lideró una protesta contra este tipo de políticas migratorias de la administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el posible uso de “perros robot” para patrullar la frontera con México.
Un grupo de defensores y migrantes se reunieron con letreros en los que se observaban mensajes en contra de la medida, en el marco de la visita del embajador estadounidense en México, Ken Salazar a Tijuana, cerca de la valla fronteriza entre Estados Unidos y México, específicamente en la zona conocida como Playas de Tijuana, al sur de California.
Según Gavin Kenneally, director de productos de Ghost Robotics, el perro robot pesa 45 kilos y fue concebido para el tipo de trabajo que necesita en la zona fronteriza. “Es un robot cuadrúpedo resistente. Atraviesa todo tipo de terreno natural, como arena, rocas y colinas, así como entornos construidos por personas, como escaleras”, afirma, citado en el comunicado.
A lo largo de la frontera “se da el comportamiento delictivo estándar pero (…) también puede haber tráfico de personas, narcotráfico, así como otros contrabandos, como armas de fuego e incluso potencialmente armas de destrucción masiva”, explica en la nota el agente Brett Becker del Equipo de Innovación de la CBP (INVNT).
“Estas actividades pueden ser llevadas a cabo por cualquiera, desde una sola persona, hasta organizaciones criminales transnacionales, terroristas o gobiernos hostiles, y demás”, dice Becker. En el desierto o las montañas, los agentes y oficiales tienen que lidiar con el terreno accidentado, mucho calor y humedad y además, por supuesto, pueden encontrarse con aquellos que quieren causar daño”, afirma.
Fueron enviados a una instalación en Lorton, Virginia, para equiparlos con cámaras de video y sensores que permiten transmitir información en tiempo real y datos a las personas que los monitorean. En ese lugar, el equipo también probó si se pueden manejar desde un ordenador portátil o por control remoto y la forma en la que se desplazan sobre el asfalto, la hierba y las colinas.
Los perros robots aprobaron estos exámenes y pasaron a la siguiente fase, en El Paso, Texas, para ver cómo se desenvolvían en condiciones reales. Para ello colaboraron con unidades del ejército estadounidense y tuvieron que maniobrar en entornos hostiles, bajo temperaturas altas y con poco oxígeno.
Fuente / Reportero: Semana.