En estricto apego a los hechos, la visita del presidente López Obrador a Sonora solo fue para pasearse y para celebrar su cumpleaños. No hubo nada que entregar, menos inaugurar. Se dijo lo mismo, de que todo va caminando. De que se entregará antes que termine el sexenio. O sea, todo se está dejando para el año electoral. Plan con maña. Y de aquí se fue a visitar a sus amigos en Badiraguato. A esos si les va a inaugurar una carretera hasta Chihuahua. No cabe duda, que se nota que allá si hay querencia.