La película se llamó “Mándame por un tubo” y fue lo que pasó con Gerardo Fernández Noroña, a quien la presidenta electa Claudia Sheinbaum lo mandó por un soberano tubo al saludarlo con gran menosprecio. Quien le manda por ser lambizcón y luego querer pasarse de vivos con la nueva presidenta. El mensaje es claro, y no se extrañe que en este sexenio lo manden a la congeladora a menos que se arrastre más.