Como balde de agua más que fría cayó el anuncio del presidente López Obrador de que va a desaparecer el Instituto de Transparencia y sus funciones pasarán a la Fiscalía General de la República. De lograr este golpe legislativo, habrá que decir adiós a la poca información que los mexicanos pueden lograr del gobierno, porque es punto menos que imposible que la Fiscalía vaya a encargarse de que se entregué información real y verdadera de lo que hay dentro del gobierno de la 4T. Simplemente se convertirá en un departamento de maquillaje y ya no sabremos todo el cochinero que hay ahora en muchas dependencias.