Pues parece que la mal llamada mesa de seguridad no ha podido con el paquete y la violencia se le está saliendo de control. No hay semana sin balaceras, sin que convoys de sicarios circulen quitados de la pena por las poblaciones del estado, sobre todo en el noroeste. En Vicam suspendieron clases y luego las activaron a fuerzas, porque la gente no quería enviar a sus chamacos a clases. Todo este desastre de inseguridad a unos días de que nos visite el presidente López Obrador. Peor aún, que vaya a pasar su cumpleaños a las comunidades yaquis. Ahora si que literalmente va a ser un tiro la fiesta. Esperemos calmen a los malosos cuando menos lo que dura la visita presidencial.
