Se dice, se cuenta y se rumora que a los funcionarios de gobierno les dejaron como penitencia de Cuaresma no mentir, no insultar adversarios, aceptar las metidas de pata y no culpar a otros por ello. Pero lo más importante, cortarse las uñas para no robar y sobre todo, lo más importante ¡Ponerse a trabajar! Seguramente algunos no van a poder cumplir, porque se las pusieron muy difícil.