El cobarde crimen de Hipólito Mora, fundador de las Autodefensas de Michoacán, puso en total evidencia que en ese estado el que manda es el narco. Fue emboscado a dos cuadras de una base de la guardia nacional que nunca se presentaron a pesar de la enorme balacera. Por dos horas se enfrentó a tiros con sus asesinos y nunca llegó un solo policía. Ya había denunciado que desde el gobernador hacia abajo están bajo control de los grupos del crimen organizado. Algo que todo mundo sabe en ese estado. Y por el momento no ha pasado nada. Esperemos que el presidente López Obrador no salga mañana con que acusará a sus asesinos con sus abuelos.
