Queda claro que la luna de miel entre muchos sectores de la población y el presidente Andrés Manuel López Obrador ya terminó y ahora en el quinto año del sexenio es un matrimonio venido a menos.Cada vez es menos el contacto del mandatario con la población. Ya no anda en su tsurito sino en convoy de carros blindados. En giras solo ofrece la conferencia mañanera en zonas militares. Ya no viaja en aviones comerciales. En Acapulco todavía es fecha que tiene contacto con las familias afectadas. Su pretexto es para cuidar la imagen presidencial. Lo cierto es que su imagen se ha venido desplomando y no hayan como levantarla. Y esto, aguas, puede volverse peor.