Alguien tuvo la ocurrencia de sugerirle al gobernador que orden que se le nieguen los permisos para instalar tiendas de conveniencia en la zona rural, sobre todo en la serrana. O sea, que ya no habrá Oxxos ni 7-Eleven, porque afectan a los changarros de la región. Esta decisión es como el serrucho, friega de ida y de venida. Lo más salomónico hubiera sido que a los Oxxos se les niege permiso para venta de cerveza y se les otorgue a los changarros. En tanto que las tiendas de conveniencia sigan ofreciendo los servicios como recarga de celulares, pagos y transferencias. Pero bueno, a veces el populismo le gana al sentido común.